La inversión fortalecerá la seguridad alimentaria y el desarrollo económico en 18 resguardos indígenas, beneficiando a 4.000 familias con proyectos alineados a sus tradiciones.
La Agencia de Desarrollo Rural (ADR) destinará $15 mil millones para impulsar proyectos productivos en los 18 resguardos indígenas Emberá de Risaralda. La iniciativa busca garantizar la seguridad alimentaria, fortalecer la economía local y promover la soberanía territorial de estas comunidades, con una ejecución prevista para 2025.
Proyectos que respetan las tradiciones
La inversión beneficiará directamente a 4.000 familias Emberá a través de proyectos en líneas como plátano, maíz, cacao, café y actividades pecuarias. Estas iniciativas han sido diseñadas respetando las tradiciones culturales y las necesidades específicas de los resguardos.
“El objetivo de esta Agencia es desarrollar el agro colombiano, y ustedes tienen hoy vocación para producir alimentos. Cuenten con el respaldo de esta Agencia y un equipo técnico que los acompañará para construir juntos”, destacó César Pachón, presidente de la ADR, durante el cierre de la Minga en Bogotá.
Un acuerdo construido en diálogo
Este compromiso se logró tras cuatro días de diálogo en la Minga organizada por el Consejo Regional Indígena de Risaralda (CRIR). Autoridades indígenas y representantes del Gobierno, incluido el presidente Gustavo Petro, participaron en las conversaciones que llevaron a acuerdos históricos para garantizar condiciones dignas de vida y retorno a los territorios.
El presidente Petro resaltó la importancia del diálogo y la concertación: “Estas herramientas son fundamentales para atender las necesidades de los pueblos indígenas y construir una relación de bienestar compartido”, afirmó.
Por su parte, Anderson Andrés Nariquiciza, joven líder Emberá, expresó que este esfuerzo representa un avance significativo para su comunidad: “Podemos conciliar entre ambas partes la posibilidad de tener bienestar, vida y desarrollo agropecuario”.
Los recursos serán asignados mediante un proceso participativo, garantizando que las comunidades tengan voz en la construcción de un futuro sostenible que respete su identidad cultural.