El proyecto de reforma política avanzó en su tercer debate en la Comisión Primera del Senado, con importantes modificaciones en temas como la financiación de campañas, las listas cerradas y las sanciones a los partidos. La iniciativa sigue generando controversia por su impacto en el sistema político colombiano.
El 2 de noviembre, la Comisión Primera del Senado aprobó en tercer debate el proyecto de reforma política, liderado por el ministro Juan Fernando Cristo. El texto introduce ajustes significativos en el sistema político nacional, incluyendo el retorno al modelo actual de financiación de campañas, que permite aportes privados tanto en elecciones presidenciales como legislativas.
Aunque inicialmente se proponía una financiación exclusivamente estatal para combatir el clientelismo, este punto generó tensos debates entre los senadores. Mientras el Gobierno defendía una transición hacia el financiamiento público como un paso hacia la transparencia, los sectores de oposición argumentaron que depender únicamente de recursos estatales podría comprometer la democracia.
Otro cambio importante fue la modificación de las sanciones a los partidos políticos por avalar candidatos condenados. Ahora, las colectividades serán castigadas únicamente si el delito por el que se condenó al candidato fue cometido antes de la expedición del aval. Adicionalmente, se incluyeron sanciones por delitos sexuales y violencias basadas en género, gracias a una proposición aprobada durante el debate.
Más propuestas y eliminación de artículos
Entre las proposiciones aprobadas destaca una presentada por la senadora Clara López, que permite a los congresistas renunciar a su curul para postularse por otro partido en las siguientes elecciones, sin perder su posición actual. Esta medida, que solo podrá ejercerse una vez por cuatrienio, busca facilitar la movilidad política dentro del sistema.
También se votó la eliminación del Artículo 2, que planteaba modificar el umbral electoral y el reconocimiento jurídico progresivo de movimientos políticos. Este cambio elimina, por ahora, la posibilidad de flexibilizar las reglas para nuevos partidos.
La reforma sigue en el centro del debate político y deberá enfrentar nuevas discusiones en su camino legislativo, con temas críticos como las listas cerradas y la gratuidad en el transporte público el día de los comicios todavía en la mesa.